Hay algo especial, primigenio, en observar caballos salvajes en un lugar donde ya existian antes de ser domesticados.
Cierto, a lo largo de los milenios ha habido idas y venidas, los animales han sido manejados, han venido ejemplares de fuera… pero lo cierto es que aun hoy en dia, en estas montañas siguen viviendo caballos que nacen, se reproducen y mueren en libertad, en su habitat original y sometidos a la depredación de su depredador natural, el lobo. Definitivamente, es un privilegio poder fotografiarlos.
Este año la primavera viene tardía en A Serra do Cando, el frio hasta principios de Abril y las muy abundantes lluvias han hecho que se retrase, pero ahora que ha llegado el buen tiempo (veremos si dura), pronto estallará de golpe.
Dentro de nada el brezo y el tojo floreceran, los potrillos corretearan por todas partes (ya ha nacido alguno) y los adultos entraran en plena «ebullición». La época mas mas interesante del año. Espero poder estar por alli para dejar testimonio gráfico.
Fotógrafo de paisaje. Apasionado de los faros.